¿Hay en estos momentos una profesión que tenga más riesgo que ser seleccionador de Inglaterra? Gareth Southgate aún no ha dado la lista de convocados para los partidos de la Liga de Naciones ante Islandia y Dinamarca y cada día tiene más difícil elaborarla.
El técnico está apurando al máximo para dar los nombres de los jugadores y los escándalos se suceden. A lo ocurrido durante la pandemia con Grealish o Walker, el seleccionador le ha unido los últimos casos del jugador del Manchester City Raheem Sterling y de Harry Maguire.
El atacante 'citizen' estuvo en la fiesta organizada por Usain Bolt en la que el jamaicano terminó dando positivo, por lo que hay dudas a pesar de que ha dado negativo en una prueba posterior.
Antes, en pleno punto culminante de la pandemia, varios internacionales ingleses se saltaron la cuarentena y acudieron a diversas fiestas, lo que dejó en el aire su continuidad en la Selección Inglesa.
La pelea de Maguire es el último gran acto de indisciplina de unos jugadores ingleses que se asemejan más a los de hace varias décadas que a otra cosa.
Así pues, Southgate se ve en un auténtico papelón para construir un equipo que tenga un buen rendimiento y, a la vez, no premie a aquellos que han dado mala imagen al país.