Ante Egipcio, Suárez volvía a presentarse como una de las referencias ofensivas de una Selección de Uruguay que siempre compite en las grandes ocasiones. Pero el delantero del Barça se mostró muy limitado, física y futbolísticamente.
En el Mundial de 2014, Suárez capitalizaba cada acción ofensiva de los suyos. Convertía en balones de peligro cada 'melón' que recibió. A Inglaterra lo martirizó con dos goles, aunque contra Italia se topó con Chiellini.
Su desempeño en aquellos partidos, mordisco aparte, fue el de un delantero felino y poderoso, una versión que no mostró ante Egipto, con el agravante de que el conjunto africano no tiene el mismo nivel de Inglaterra o Italia. Y faltó Salah.
Suárez lo intentó, fiel a su estilo guerrero, pero cada vez que merodeó el gol no estuvo atinado. En el 24, Vecino lo habilitó de primeras, pero el disparo del 'culé' se fue lejos. En la segunda mitad, El Shenawy impidió a Suárez anotar en dos mano a mano.
El pistolero, sin balas ni pólvora. El rojiblanco Giménez dio el triunfo a Uruguay, pero Suárez, pese a su buena temporada en lo numérico con el Barcelona, no gozó de una buena tarde.