Sudamérica y el gran salto: de la exitosa cantera al interrogante competitivo

Europa volvió a llevarse el gato al agua en el Mundial de Clubes. Desde la creación del torneo en 2000, únicamente el 'Viejo Continente' ha estado cuatro años sin recibir en sus vitrinas el trofeo.

Nadie puede dudar del talento inherente que tiene el futbolista sudamericano. El potrero, como le conocen. Ese mediapunta rápido de pensamiento, ese '10' repleto de magia o, por qué no, ese central tan duro como mágico es Leo Messi.

Cada vez es más corriente ver a titanes del 'Viejo Continente' haciéndose con jugadores cada vez más jóvenes a cambio de sumas más que importantes. Incluso futbolistas con 17-18-19 años desembarcan en Europa con escasa experiencia en sus países de origen, pero no tardan demasiado en hacer sus pinitos en clubes importantes de Alemania, España, Francia, Inglaterra o Italia.

Pero la cantera sudamericana, una de las más buscadas por los grandes clubes de todo el mundo, no se corresponde con el nivel competitivo de los clubes. Europa manda, tanto en las preferencias como en la chequera (con algunas salvedades) y por eso todos sueñan con el gran 'salto'. El salto a Europa.

El Mundial de Clubes que selló el Liverpool este domingo supone el decimosegundo galardón del 'Viejo Continente' frente a los cuatro obtenidos por el fútbol sudamericano. O brasileño, para ser exactos. Además, se trata del séptimo título consecutivo que no llega a las orillas americanas.

Corinthians, en 2012, fue el último equipo no europeo que se proclamó campeón del mundo a nivel de clubes. Internacional (2012), Sao Paulo (2005) y Corinthians (2000) pusieron nombre a las excepciones. Pero, ¿cambia la dinámica en lo que a selecciones se refiere?

La respuesta, según los últimos resultados, no es muy diferente. Desde que Brasil levantase la Copa del Mundo en Corea y Japón (2002), el Mundial ha sido celebrado única y exclusivamente por combinados europeos. 

Italia se impuso a Francia en 2006, mientras que España derrotó a Holanda cuatro años más tarde. En 2014, en suelo brasileño para más inri, Alemania dejó sin título a Argentina, cerrándose el palmarés con el triunfo de Francia sobre Croacia en Rusia en 2018. De las últimas ocho finalistas de un Mundial, solo una (Argentina) pertenece al fútbol sudamericano. Como poco, da que pensar.