Suecia hace los deberes ante una Rumanía impetuosa

Los suecos -con las bajas de dos fijos en el once como el central Lindelöf y el mediocentro Ekdal- basaron su victoria en una intensa presión que provocó muchos fallos en el conjunto rumano, pero no supieron cerrar el partido cuando pudieron haber logrado un marcador más cómodo.

Suecia y Rumanía, rivales de España en el Grupo F, protagonizaron una primera parte con mucho ritmo. Los locales crearon problemas con su presión alta y estilo directo, lo que agobió por momentos a Rumanía, pero la mayor parte de los acercamientos al borde del área se quedaban en amagos.

Al equipo de Contra le costó superar el empuje sueco, pero cuando lo hizo, llevó peligro, agarrado sobre todo al talento de Stanciu.

Chipciu y Marin, con dos tiros lejanos, avisaron para Rumanía, que encajó el 1-0 en el momento que parecía haber equilibrado el partido. Un buen balón en profundidad de Forsberg, centro desde la línea de fondo y Quaison, atento al rebote, batió a Tatarusanu.

El gol dejó tocada a Rumanía, que encajó otro más en la siguiente ocasión sueca, una pelota rechazada al borde del área en un contraataque que recogió Claesson y envió a la red junto al palo.

Contra metió a Keseru después del descanso y pasó a jugar con dos puntas. El cambió surtió efecto. Su equipo tuvo más la pelota y llegó mejor al área sueca. El delantero del Ludogorets culminó una buena jugada de Puscas y Marín, con un cabezazo a bocajarro, a gol.

Rumanía le metió el miedo a Suecia, a la que hace un año Turquía remontó un 2-0 en Estocolmo para acabar ganando 2-3, pero se le fue acabando el fuelle con el paso de los minutos. Y los nuevos cambios aportaron poco. Entre ellos, Ianis Hagi, hijo del mítico ex jugador del Real Madrid y Barcelona Gica Hagi, que pasó desapercibido.

Fue Suecia la que tuvo al contraataque tres ocasiones claras para cerrar el partido. Pero ni Claesson, ni Berg, ni Isak supieron concretar frente a Tatarusanu, que metió tres buenas manos.

Sapunaru, en el descuento, a punto estuvo de empatar en un barullo en el área tras un córner y amargar el debut de Suecia, que en tres días afronta un derbi escandinavo en Oslo.