Nervión vio a su equipo ganar como el que se da un paseo por la Alameda y se toma un botellín de Cruzcampo. Victoria por inercia, funcionarial, sin ninguna épica, resultado de una actuación eficaz ante un Athletic carente de recursos. Le bastó a un Sevilla que no le quita ojo al Valencia... y los 'che' asoman por el Sánchez Pizjuán la semana que viene. Alto voltaje.
Ziganda salió sin tres de sus mejores hombres y tuvo que echar mano de ellos al descanso. Entraron Beñat, Aduriz y Raúl García y el Athletic fue algo más Athletic, pero no lo suficiente para zarandear a un Sevilla al que le bastó con un par de golpes para noquear a su rival.
Merece el Athletic una profunda reflexión. Un lustro después, sus mejores hombres siguen siendo los mismos, pero con cinco años más en los huesos. Sólo Kepa inyecta savia fresca a un equipo que ante un rival de cierta seriedad se quedó romo. A Williams se le vieron las costuras.
Las que Williams no metió sí las marcaron Muriel y el 'Mudo' Vázquez. Al 'Mudo' no le sobra electricidad, pero conoce el juego y tiene recursos. Fue el mejor del Sevilla, asistente y goleador. Kepa ya se había puesto la capa en la primera media hora, pero el muro cayó en el minuto 27 tras un ataque rápido que guió el ex del Palermo y finalizó el ex de la Sampdoria.
El atacante argentino se quedó con hambre, aprovechó la bisoñez de Yeray y remató un centro de N'Zonzi por la derecha. No habían pasado ni cinco minutos desde el primer gol. El Athletic contó con un par de ocasiones antes del descanso, pero Williams la estrelló primero en Rico y luego, de cabeza, la echó fuera. Sólo Córdoba, desde lejos, quería inquietar.
45 minutos de trámite
La segunda parte tuvo poca historia. Ziganda metió a Raúl García, Aduriz y Beñat, el Athletic recobró la compostura, pero imperó el plan del Sevilla. Le regaló el balón al conjunto vasco a la espera de la contra definitiva. El Athletic no tuvo éxito en ninguna de sus intentonas, mientras Kepa achicaba agua ante Nolito y Vázquez.
Así murió el partido, con el quiero y no puedo del Athletic y la ley del mínimo esfuerzo de un Sevilla que sueña con colarse entre los cuatro primeros. Los leones se quedan sin apenas objetivos en la tabla.