Primer triunfo de la 'era Machín'. Los tres puntos llegaron en un escenario complicado, el estadio de un Ludogorets que afrontaba el choque como líder y uno de los cinco invictos en la competición, pero que tras los 90 minutos dejó de ser tanto líder como invicto.
Hubo rotaciones y plan 'B' de Machín. El técnico hizo nueve cambios respecto al último encuentro liguero, pero pudo confeccionar un equipo competente que, sobre todo, destacó en solidez y buen criterio en el centro del campo.
La primera mitad no tuvo color. Los locales sudaban cada vez que pretendían superar el centro del campo y el Espanyol se gustó. El gol de Campuzano llegó temprano, en el 13', cuando aprovechó, gracias a la pasividad de la defensa local, un buen pase largo.
El tanto provocó que los locales buscaran responder, pero prácticamente no fueron capaces de superar la línea de tres cuartos. Diego López tuvo poco trabajo y cuando fue exigido, respondió con dos intervenciones muy correctas.
La segunda mitad fue algo diferente. Apoyados por su público, los búlgaros trataron de venirse arriba, pero no fue hasta los últimos minutos, con el carrusel de cambios en ambos equipos, cuando el Espanyol comenzó a verse en peligro.
Afortunadamente para el Espanyol ningún intento local llegó a buen puerto, aunque por el camino perdieran a Javi López por doble amarilla. Hubo tensión final y prácticamente pidieron la hora, pero el sufrimiento valió la pena. Los 'pericos', con siete puntos, ya son líderes con uno de ventaja sobre el propio Ludogorets y con tres sobre el Ferencvarosi.