Como los grandes campeones. Como los que entienden y disfrutan las grandes citas. Así ganó Nacional este jueves en Asunción. En un mar tan complicado y con tantas olas como lo es la Libertadores, el 'Verdolaga' supo surfear en el momento apropiado para conquistar Paraguay.
Aunque llegó con numerosas bajas, Guimaraes sacó un once de garantías. Al igual que el 'Cacique', que tuvo en Maná a su principal amenaza ofensiva del choque.
El encuentro empezó como suele hacerlo una eliminatoria de este calibre. Miedo a fallar y muchas precauciones en el juego de ambos. Además de los 90' de la ida, quedaban otros 90' en el segundo choque. La idea de ambos era no perder todo a las primeras de cambio.
Entrando en materia, los primeros minutos fueron insípidos y difíciles de digerir. Nacional controlaba la pelota de un lado a otro, pero no generó peligro ni intimidó a los locales. Hasta que llegó Barrera, la principal estrella de este equipo que está dejando una temporada para el recuerdo.
El '7', gracias a su continua presencia ofensiva, cazó un balón dentro del área y disparó sin pensárselo para intentar abrir la lata. La suerte para el centrocampista fue que, antes de llegar ese lanzamiento al fondo de la red, Villalva se encargó de facilitar el trabajo del ejecutor. El defensa tocó el esférico y la mandó a su propia portería para poner el 0-1.
Con infortunio, el 'Cacique' iba por detrás en el marcador, pero se mereció igualar la contienda, sobre todo en los últimos minutos de la primera parte. Maná, que le dio la noche a un Banguero que tendrá pesadillas con él, no estuvo rápido de ideas con una pelota dividida casi en el área chica de Nacional. Por suerte, el rebote le cayó a Florentín, pero este disparó con una energía desmedida y la pelota voló por encima de la portería.
Hasta el final, todo vale; hasta de rebote
Los de Gustavo Costas sabían que tenían que seguir con la misma tónica del primer tiempo. En una gran jugada colectiva, Benítez y Maná, nuevamente, tuvieron en sus botas abrir la lata casi al salir de los vestuarios. Justo en la siguiente acción, el colegiado anuló un tanto a Álvez por fuera de juego.
Otra vez fue Maná el ejecutor de un gran pase filtrado para un Bobadilla al que le entró vértigo al verse solo contra el arquero. Disparó sin precisión y la mandó al lateral de la red. Nicolás Andrés, que fue dueño y señor de la banda derecha, poco más pudo hacer para poner las tablas.
Entretanto, el 'Verdolaga', a cuentagotas, respondió a las ocasiones de los locales. Vladimir sacó un trallazo desde casi 30 metros, pero Servio estuvo atento para mandarlo a córner. Lo mismo hizo Colmán, que entró para Guaraní en el 69' y demostró tener un guante en sus pies pegándole desde más allá de la frontal.
Los últimos suspiros del encuentro fueron una bendita locura para el espectador. Idas y venidas. Contragolpes a cada segundo. El 'Cacique' puso toda la carne en el asador mientras que Nacional quiso ser precavido con la pelota. Hasta que llegó el jarro de agua helada para los locales.
En el añadido y sin posibilidad de alargarse más, el 'Verdolaga' tuvo una falta a favor desde más allá de 30 metros. Una distancia sideral e imposible para casi cualquier futbolista. No para Rovira. Brayan no dudó en pegar un zapatazo directo al arco rival. Su lanzamiento tocó en la barrera y, entre la potencia y el toque sutil, Servio no pudo rectificar para llegar a un esférico que perforó las mallas.
Un 0-2 que dejó frío, muy frío, el corazón de un Guaraní que viajará a Medellín con una eliminatoria muy cuesta arriba. Por otro lado, Nacional, gracias a su instinto de supervivencia y a su pequeña fortuna marcada en dos rebotes fundamentales, intentará mantener una renta que parece difícil de remontar.