Una entrada durísima entrada a Çalhanoglu provocó la ira de los jugadores del Milan. El colegiado no sancionó con tarjeta la jugada y los 'rossoneri' se lanzaron a por el árbitro tras señalar el final de la primera parte.
Pero Gattuso lo tenía claro: nada se podía hacer ya para cambiar la decisión del árbitro. Lo único que podía pasar era provocar que el colegiado empezara a sacar amarillas a sus futbolistas.
Así, se metió en el terreno de juego y sacó a sus jugadores con la única ayuda de Bonucci. Entre ambos consiguieron llevar la cordura y evitar que alguno de sus jugadores terminará siendo amonestado.