Así ganó la final Maresca: cuando Robert Sánchez pasa mejor que Vitinha

La estrategia de Maresca en la final del Mundial de Clubes salió a la perfección. El Chelsea anuló por completo al PSG y explotó al máximo sus recursos. El plan que sueña cualquier entrenador. Gracias a BeSoccer Pro, podemos comprobar con la estadística avanzada cómo el conjunto inglés edificó su solemne 3-0.
Por un lado, el italiano entendió cuáles eran las teclas que debía desactivar en su rival para que dejara de ser la apisonadora que estaba demostrando en los últimos tiempos. Por ejemplo, gripar a su motor principal: Vitinha. Las tremendas estadísticas del tirsense quedaron todas afeadas frente a los londineses, como se aprecia en la gráfica adjunta.
Por encima de ellas, dos que refuerzan sus problemas para atravesar el entramado 'blue': su porcentaje de éxito en los pases al último tercio bajó del 90.13 habitual al 70; los largos, del 75.42 al 55.56%. Ni en cortas ni en largas distancias vio la manera Vitinha, que por primera en el Mundial de Clubes bajó del 90% de éxito en su ratio de pase (87.5%).
Y el arma secreta para evitar todo el año que suelen producir Achraf y Nuno Mendes fue explotar el pase en largo de Robert Sánchez. Pero es que la intención tuvo una gran aplicación por parte del meta español: completó diez pases en largo con éxito, el doble que Vitinha, líder de este concepto en todo el Mundial, y dos de ellos tuvieron incidencia directa en los dos primeros goles del Chelsea.
Además, redondeó su magnífica aplicación en el juego de pie y siendo el primer atacante con 14 pases progresivos, 9 de ellos exitosos (por 7 y 6 de Vitinha), y llegando a colocar 4 de sus 9 pases al último tercio en los pies de sus compañeros.
Fruto de ese freno al PSG en la zona de creación (también Fabián bajó de sus 77 pases ante el Madrid a 37) y los sustos que daba continuamente a la espalda de la zaga (56.8% en los balones en largo, por el 54.5% de los galos), la incidencia de Kvaratshelia, Dembélé y Doué con el balón fue menor de lo habitual.
La red de pases bajo estas líneas muestra el embudo al sacar el balón del PSG, por la mayor limpieza de líneas por bandas de los londinenses. Tuvo más claro el plan de ataque Maresca.
Obviamente, la influencia de Cole Palmer en la final, generador de los tres goles, resultó diferencial. Pero es que la diligencia individual de los pupilos de Maresca resultó capital para que se viera semejante partido sobre el césped.
El porcentaje de pases exitosos del Chelsea (82.5%) casi estuvo a la par que los del PSG (88.3%), a pesar de que tuvo muy poco el balón (33-67% de posesión). Y tuvo más eficiencia aún donde hay que serlo: 54.5-43.5% en los pases al área completados y 25-23.8% en los centros exitosos. Todo ello, sumado a una mayor concentración: 68 pérdidas 'blues', 14 menos que las 'bleus' (82). Y la guinda de la eficiencia: 3 goles en 5 tiros a puerta (y los dos dejaron grandes intervenciones de Donnarumma).
Datos que refuerzan el combo perfecto, porque al gran planteamiento de Maresca le dio continuidad la efectividad de sus jugadores sobre el césped del MetLife Stadium.