Aunque se esperaba mucho, dijo poco. El técnico catalán, ya oficialmente en paro, evitó una guerra abierta con la RFEF y con Luis Enrique y optó por dar las gracias en su adiós público tras emitir un comunicado firmado por él una vez resuelto su finiquito.
"Tengo la conciencia tranquila. Es imposible agradar a todo el mundo, pero os digo sinceramente que respeto a todos y todas las opiniones. Siempre he mantenido que soy un hombre de palabra, que no sería impedimento en el caso de que Luis Enrique decidiera volver a entrenar. Así lo he hecho aunque haya supuesto mi salida. Le deseo lo mejor porque sus alegrías serán las nuestras", aseguró.
Aunque se esperaban sus palabras para valorar su extraño final en el cargo, resuelto por dos abogados que actuaron en su nombre, pasó de puntillas: "Valorar las últimas horas en el cargo o incluso los últimos días, solo serviría para entrar en una espiral de reproches y justificaciones por cada una de las partes. No lo voy a hacer. No le veo ningún sentido".
"Quiero destacar que no hubiese sido posible para mí desarrollar esta tarea sin Luis Enrique, Rafel, Joaquín y Jesús (el cuerpo técnico). No pierdo un 'staff', lo que dejo atrás son amigos. Sin olvidarme de los auxiliares, personas muy importantes en un equipo y que nunca son suficientemente reconocidas", escribió de manera agradecida.
Apenas se salió del tono para expresar lo que sonó a pulla para los medios de comunicación "por el trato que me habéis dado en todo momento. Habéis sido muy perspicaces en todas las ruedas de prensa. He intentado ser respetuoso con todos y he procurado atenderos sin distinción y tratando de ser amable y sincero".
Aunque tuvo buenas palabras para la Federación Española, no citó los nombres del director deportivo, Francisco Molina, ni el presidente, Luis Rubiales, quien sí había aludido a él el día anterior: "Agradezco a todos los integrantes de la Real Federación Española de Fútbol el trato recibido durante mi estancia. Me he sentido querido y respetado".
Según Robert Moreno, su experiencia como máximo responsable de la Selección Española "comenzó y ha acabado con sabor agridulce". "Toca mirar hacia adelante y afrontar nuevos retos como entrenador en mi pasión, el fútbol. Estoy preparado para afrontar el reto de liderar nuevos proyectos", aseguró.
Repaso a su breve estancia
El ex seleccionador nacional también sacó la cara por su buen rendimiento mientras estuvo al frente. "Ante una situación extrema como la que vivimos en Malta me tocó asumir la dirección del equipo de todos. El objetivo de la clasificación que se me encomendó se ha conseguido de forma holgada. Ojalá no se hubiese dado nunca está situación. Ahora estaríamos igualmente clasificados", relató.
"Gracias a todos los jugadores por su dedicación y entrega en todas las concentraciones -ahondó-. He tratado de ser justo, honrado y directo con ellos. He querido ayudarles a desarrollar su tarea en el campo de la mejor forma posible", contó también.
Y, por último, otro mensaje: "Espero que me valoréis por lo realizado, no por quién soy. Es lo que yo he tratado de hacer en la selección con los jugadores en cada convocatoria. No quiero dejar de pedir perdón a quien se sintiese ofendido por no dar la última rueda de prensa. Las circunstancias me lo impidieron".