Correa disfruta del fútbol en el Atlético de Madrid tras convertirse en un jugador indispensable para Diego Pablo Simeone. A pesar de que estuvo en la cuerda floja en el pasado mercado de fichajes, el argentino continúa en una plantilla con la etique de revulsivo.
Ángel Correa ya ha demostrado la capacidad que tiene para sacarle al 'Cholo' las castañas del fuego en partidos complicados, así lo manifestó con su gol maradoniano ante el Girona, lo que derivó en su titularidad en los siguientes partidos de Liga debido a la sanción de Griezmann.
Pero Correa, antes de llegar a la élite, tuvo que madurar demasiado pronto. "A los 10 años falleció mi padre y yo llevaba el dinero a casa. El ingreso que tenía yo por jugar al fútbol era lo único que llegaba a mi casa para poder comer mis hermanos, mi mamá o yo. Tenía un representante que me daba un sueldo y yo se lo daba a mi madre, que era la que lo manejaba", explicó Correa en 'El País'.
El ariete no tuvo reparos para recordar la operación de corazón: "Sabía que me iban a operar pero en lo único que pensaba era en recuperarme para volver a jugar pronto. Estaba ilusionado, acababa de llegar al Atlético, tenía ganas de poder debutar en el Calderón. Antes de operarme le decía que lo único que quería era volver a jugar al fútbol, no tenía miedo de si me iba a morir, quería que saliera todo bien porque otra cosa que jugar al fútbol no sabía hacer", afirmó un Correa que nunca bajó los brazos.
Correa confesó que se planteó la opción de salir del Atlético: "Es decisión del entrenador ver si estoy preparado, lo que hago es entrenar para estar disponible los 90 minutos. ¿Salir? Lo pensé muchas veces, es difícil, siento que quiero jugar siempre y me preparo para ello", concluyó.