El portugués Paulo Futre fue uno de los mejores jugadores de los años 80 y 90 y, por eso, Barcelona y Real Madrid suspiraron siempre por su fichaje.
El Atlético de Madrid de Jesús Gil se adelantó a todos y contrató al luso cuando era un joven prometedor que acababa de ganar la Copa de Europa con el Oporto.
En el Calderón hizo historia, pero tuvo sus más y sus menos con el presidente, con entrenadores... y todo terminó saliendo por los aires durante la temporada 1992-93, cuando se fue por la puerta de atrás al Benfica.
Apenas duró en su país unos meses, pues el Olympique de Marsella, entonces uno de los mejores equipos del planeta, apostó por su fichaje.
Futre recordó su tiempo en Francia en 'Mundo Deportivo' y cómo esa misma temporada, la 1993-94, estuvo a un paso de fichar por el Real Madrid.
"En verano del 93, firmé por el Olympique de Marsella, el reciente campeón de Europa. Una plantilla espectacular que venía de ganar en la final de la Champions al todopoderoso Milan", arrancó. "Pero, al poco de empezar el campeonato, saltó el escándalo de que el presidente Bernand Tapie había amañado un partido de la Ligue 1 contra el Valenciennes de la temporada anterior. Algo inexplicable, pero nos dijeron que el equipo iba a descender y que debíamos buscar equipo", continuó.
Futre recordó que en aquel momento el Real Madrid apostó fuerte por su fichaje: "En ese contexto es cuando entra en contacto conmigo el Real Madrid, en diciembre del 93. Mi ego como jugador estaba por las nubes. Pero había un problema, había firmado una cláusula para no fichar por el Real Madrid ni el Barcelona. Me dijeron que estaba arreglado con Jesús Gil y era verdad, tenía un acuerdo con Ramón Mendoza".
"Vinieron a Marsella para la rúbrica final. Tenía el contrato encima de la mesa, con el bolígrafo al lado. Solo faltaba firmar. Fui al baño y nunca lo olvidaré: justo me crucé con mis hijos Paulinho y Fabio. Pensé en ellos, cómo sería su vida en España, qué le dirían los niños... Solo había pensado en la faena que se me venía encima en Francia, pero ahí mi ego de futbolista desapareció ante mi corazón. Para el Atlético yo era mucho más que un jugador y el Atleti para mí era mucho más que un equipo", prosiguió.
El luso reconoció que el Real Madrid se enfadó bastante, pero no se arrepiente de lo que hizo: "Volví del baño y les dije que lo sentía, que no iba a poder ser. Se enfadaron muchísimo. Fui el único jugador que con el contrato encima de la mesa les dijo 'no".