Desde Francia 1998, el Mundial lo juegan 32 selecciones. Es el número mágico, el que evita tener que echar cuentas para ver quién es el mejor tercer clasificado. Ocho grupos de cuatro y 16 clasificados para la fase final. Simple y efectivo.
Pero la FIFA quiere ampliarlo, y la cifra que menos trastocaría todo es la de los 48 equipos. Es decir, meter 16 selecciones más, una ampliación del 50%. Y luego, decidir: u ocho grupos de seis y que pasen dos, o doce grupos de cuatro y ya veremos si ampliamos la primera elimiantoria a los 32 mejores.
El plan original del máximo organismo del fútbol mundial era implementar esta ampliación para Catar 2022, aprovechando que, a diferencia de otras citas mundialísticas, entre esta y la anterior (Rusia 2018) habría medio año más para prepararlo todo.
Pero lo que sobre el papel parecía una idea genial, a la hora de intentar llevarla a cabo no resultó tan buena. La primera razón, la fundamental, era la propia sede elegida.
Catar es un minúsculo país del Golfo Pérsico que, si bien resulta hasta ideal de cara a un Mundial de 32 selecciones (se podrán ver dos y hasta tres partidos cada día si uno se organiza bien, porque las sedes están pegadas entre sí), albergando uno de 48 tendrá graves problemas logísticos.
Para paliarlo, la FIFA, en su huída hacia adelante, propuso que algunos partido se jugasen en países vecinos, principalmente Omán y Kuwait, pero eso no hizo sino escandalizar más a quienes se oponían a la implementación precipitada de la ampliación.
Así pues, tal y como informa el diario inglés 'The Times', la FIFA habría decidido recular, y dejar de insistir en hacer del Mundial de Catar el primero que disputen 48 selecciones.
22 de mayo de 2019
Según el citado medio, la FIFA mantendría, sin embargo, su intención de que en el futuro sean casi medio centenar los equipos que disputen su Copa del Mundo, y se habría puesto como nueva meta que la primera sea la de 2026, organizada por México, Estados Unidos y Canadá.
El hecho de que sean tres países colosales los que alberguen la cita mundialista juega en esta ocasión a favor de la FIFA, pues la excusa de la logística ya no puede esgrimirse en contra de la idea de Infantino.
Ahora bien, queda por ver el nivel de un Mundial con 16 selecciones más de lo que ha venido siendo habitual. Si ya en Rusia 2018 hubo selecciones que claramente no estuvieron a la altura, habrá que ver qué ocurre en 2026.
Sí, jugarán equipos como Italia u Holanda, que se quedaron fuera, pero a costa de que al menos otras diez selecciones mucho más débiles rellenen el resto de huecos. Y esto, salvo que sirva para que esos combinados nacionales más débiles se fortalezcan, puede jugar en contra del espectáculo.