Vicarage Road no se acostumbra. Lo habitual, desde enero de 2017, era verle vestido de corto. Marzo de este año marcó una nueva era: llevaba corbata. En cuestión de tan solo una temporada, Tom Cleverley pasó de formar parte del equipo que descendió, ascendió y volvió a descender a liderarlo. La directiva confió en él durante las postrimerías de la pasada campaña para sustituir a Valérien Ismaël y terminó convenciendo.
De hecho, en primera instancia, el anuncio de los 'hornets' aclaró que su contratación tan solo se había dado en régimen interino mientras se buscaba a una figura más contrastada. El asunto es que, en sus primeros 7 partidos, tan solo perdió uno, lo que sorprendió a los despachos y a las plateas. Pronto, se determinó que continuaría en su cargo refrendado y, más adelante, se certificó su continuidad para este curso.
La apuesta, de momento, está saliendo justo como en las fantasías de los hinchas que ya celebraban, hace cerca de una década, cuando aterrizó procedente del Everton en un traspaso de 9.3 millones de euros. Su destreza técnica ha llevado a los suyos a la 7ª plaza del Championship, a rebufo de los puestos de acceso al 'play off' de subida a la Premier League con solo un punto menos que el Middlesbrough y dos encuentros menos disputados.
Esta noche, los suyos se desplazan para medirse al colista, el Hull City, que tan solo se ha impuesto en 3 de sus 19 compromisos de esta temporada con 10 derrotas en su acervo. La vitola de favorito está en la visita, aunque la connivencia de escudos históricos y la presión de las gradas siempre anticipan posibles sorpresas en cualquier categoría de plata de tradición europea. De corto, Cleverley descendió, ascendió y descendió. De traje, busca de nuevo la élite.
December 10, 2024