El último vals en el Bernabéu

Es difícil decir adiós. En la vida en general y en el deporte en particular. Acabar una etapa siempre supone un punto de inflexión que se ha de tomar desde las dos partes. Pero disfrutar hasta el último segundo es obligatorio para quedarse con el mejor de los recuerdos.

Solo así se puede explicar lo que va a vivir Toni Kroos en la noche de este sábado. El centrocampista alemán dice adiós a su casa, a un Santiago Bernabéu rendido a sus pies y que echará de menos, a partir del 2 de junio, a uno de los mejores jugadores en la historia del club.

Llegó un Kroos aún por madurar en el verano de 2014, justo el año en el que se proclamó campeón del mundo. Ya era un gran jugador, pero en la casa blanca se convertiría en un futbolista superlativo, de los que marcan una época.

Evocar al mejor Zidane solo está a la altura de unos pocos jugadores. Y uno de ellos es precisamente Kroos. Habrá tifo y mensaje del speaker, pero él, como ha hecho siempre, prefiere pasar desapercibido. Y así será hasta el último de sus días en el Bernabéu, hoy, este sábado.

Será su partido 464 con la camiseta del Real Madrid, superará a otro mito como Butragueño y puede conseguir su triunfo 300 con la camiseta blanca. Pero Kroos no quiere que los focos le apunten a él. Esta vez, por primera vez en su carrera, no podrá conseguirlo.