Un partido de Primera para asaltar el ascenso a, precisamente, la categoría más alta del fútbol español. Las Palmas y Granada demostraron por qué son dos de los favoritos para estar en la zona noble.
García Pimienta le ganó la partida a un Karanka que, ya en la primera mitad, se desquició con el alto número de tarjetas amarillas que recibió y condicionó su partido.
El respeto que se tuvieron ambos conjuntos se vio en un Estadio de Gran Canaria que no terminó de filtrar todo el agua que cayó durante los últimos días, y que provocó el aplazamiento del choque.
Mucho centro del campo, pocas llegadas con peligro y la versión libre de un Jonathan Viera que finalmente se convirtió en la nota que desequilibró el partido en las islas.
Fue en el tramo final de la primera mitad cuando el marcador cambió. Jonathan Viera se marchó de dos defensas para percutir en el área y regalarle el cuero a un Loiodice que aprovechó el regalo para marcar el 1-0 y dar un golpe sobre la mesa.
El Granada, en claro bajón en los últimos partidos, no supo encontrar la medicina. Ni siquiera los cambios de Karanka despertaron a un equipo adormecido en el Estadio de Gran Canaria. Le crecieron además los enanos cuando André Ferreira tuvo que pedir el cambio por lesión.
Pasaron los minutos y, cual monstruo dormido, despertó de nuevo Viera justo cuando entró Sandro. El ex del Málaga dejó pasar un balón que convirtió en un controvertido penalti Viera. Él mismo se encargó de transformar la pena máxima y asestar el golpe definitivo.
El Granada sigue sumido en su primera crisis de identidad de la temporada, a la vez que Las Palmas aprovechó su victoria para subir a lo más alto de la tabla, con permiso del Alavés.