Hace tan solo unos días aparecía en redes sociales la historia de un jugador islandés que se pasa más de un tercio del día empaquetando sal de lava para poder disfrutar del fútbol y ha terminado jugando el Mundial junto a estrellas del tamaño de Leo Messi.
Una historia que se viralizó en Twitter ya que, Birkir Már Saevarsson, que así es como se llama el protagonista de la Selección Islandesa, se convirtió en una auténtica pesadilla para el delantero rosarino Leo Messi, que no pudo encontrar portería en su primer encuentro internacional en Rusia.
Trabajar y estudiar para poder jugar al fútbol, una historia de superación que sorprende cuando hablamos de estrellas internacionales, pero que se normaliza cuando dicha estrella se escribe en femenino.
Jugadoras de todos los rincones del mundo viven cada día la historia de Birkir Már Saevarsson, trabajando, estudiando y entrenando de sol a sol todos los días para poder disfrutar de lo que verdaderamente aman: jugar al fútbol.
De ahí que una de las jugadoras más conocidas de la Liga Iberdrola, Jenni Morilla, del Sevilla Femenino, haya querido responder al viral tweet con un claro mensaje: "Eso nos pasa día a día al 95% de las mujeres que nos dedicamos al fútbol. Muchas hemos llegado incluso a trabajar, entrenar y estudiar, no me preguntes cómo".
Eso nos pasa día a día al 95% de las mujeres que nos dedicamos al fútbol. Muchas hemos llegado incluso a trabajar, entrenar y estudiar, no me preguntes cómo. https://t.co/OVAe3rCH9M
— J. Morilla (@Jensmorilla) 19 de junio de 2018
Pero el comentario de Morilla no ha sentado nada bien a la mayoría del público masculino, que ya la señalan con las típicas excusas en referencia al ingreso que genera el fútbol femenino o al nivel en cuanto a calidad. Un discurso ya caduco desde hace mucho tiempo, ya que la historia está cambiando y la calidad en el fútbol femenino también.
Ya no es un fútbol menor, ya no hay falta de poderío físico ni de calidad, la técnica se hace presente en cada encuentro y muchos países ya valoran lo que en España todavía nadie sabe apreciar.
La propia Morilla destaca que en países como Noruega ya se haya igualado el sueldo entre los equipos masculinos y femeninos de fútbol, algo en lo que España todavía se encuentra a años luz.
— J. Morilla (@Jensmorilla) 20 de junio de 2018
"No querenos ingresar lo mismo, queremos sueldos dignos para poder dedicarnos solo a ello" o "espero que las peques que vienen detrás puedan dedicarse al deporte que les guste al 100% y que solo lo compaginen con los estudios", son muchos de los mensajes que Morilla ha ido dejando en el hilo que ha provocado en Twitter, ante el que no dejan de aparecer comentarios machistas.
"No queremos que nos den palmaditas en la espalda, solo queremos sueldos dignos que nos permitan dedicarnos al fútbol, te recuerdo que jugamos en la máxima categoría del fútbol femenino", aclara Morilla, pero, una vez más, sin éxito.
No comparamos ni igualamos, sólo informo de que eso pasa en el fútbol femenino y a nadie le sorprende, de él sorprende porque es hombre. Nosotras también vamos a mundiales y jugamos en la máxima categoría del fútbol español.
— J. Morilla (@Jensmorilla) 20 de junio de 2018
Una historia la de Morilla como la de muchas otras jugadoras, que también se pasan más de un tercio del día trabajando para poder disfrutar del mejor deporte del mundo, con un único objetivo: un sueldo que les permita poder dedicarse al cien por cien al fútbol, algo que se les niega por el solo hecho de ser mujer.
Esta noticia acaba aquí, pero Morilla no deja de publicar mensajes en las redes denunciando las desigualdades presentes día a día en el fútbol femenino, con mensajes simples en los que no pide más que nadie, simplemente un trato justo basado en la igualdad entre hombres y mujeres. Aunque, incluso, pidiendo lo mismo, las críticas le golpeen un día tras otro.