El 3 de agosto de 2017 se recordará en el Camp Nou como uno de los días más extraños en la historia reciente del FC Barcelona; el día en que Neymar Jr cambió el proyecto azulgrana por el París Saint-Germain.
Así es. Este lunes se cumplirán tres años desde el punto final (o seguido, visto lo visto cada año) de uno de los grandes culebrones veraniegos que se han vivido en 'Can Barça'. Y es que quizá solo sea comparable con la gran traición azulgrana: la de Figo y su fichaje por el Real Madrid hace precisamente 20 años.
Son distintos en lo más elemental, en que hablamos del PSG y no del eterno rival. Aun así, en buena parte de Barcelona también se entendió la estruendosa marcha de Neymar al Parque de los Príncipes como un acto flagrante de deslealtad.
El brasileño había llegado cuatro años antes desde Santos para que creciera y, llegado el momento, cogiera el relevo de Leo Messi para ser la insignia del club sobre el césped. Sin embargo, Ney optó por recortar tiempo y aceptó la llamada del club parisino, que le ofrecía directamente ser cabeza de cartel con 25 años y un puñado generoso de millones en el bolsillo.
Lo que más dolió en clave azulgrana no fue el mero hecho de salir, sino el cómo. En cuestión de meses se pasó del intento de Bartomeu por fichar a Verratti a que Neymar era nuevo futbolista del PSG tras ríos de tinta, incertidumbres y lo que se entendió como un juego por parte del brasileño, que echó más leña al fuego al asunto con el mítico "se queda" junto a Gerard Piqué.
Once días separaron el tuit del central del Barça del anuncio oficial por parte del PSG. Clausulazo y visto bueno del jugador, que dejó 222 millones de euros en las arcas del Camp Nou. Atrás, cuatro temporadas en las que marcó 105 goles y dio 62 asistencias en 186 partidos. En su palmarés, dos Ligas de España, dos Supercopas, tres Copas del Rey, una Champions League, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes.
La espina de la Champions
A bordo del PSG ha tenido también un buen volumen de títulos, pero ninguno internacional. Tres Ligue 1, dos Supercopas de Francia, dos Copas de la Liga y dos Copas de Francia quedan en su historial, pero la espina de la Champions está ahí. Al fin y al cabo llegó al PSG para ello, para lanzar definitivamente un proyecto que de por sí ya arrasaba en su país.
Entre lesión y lesión, Neymar no ha conseguido ese salto que buscaba. De hecho, no ha conseguido jugar más de 30 partidos en ninguna de sus tres campañas con el PSG mientras en el Barça su mínimo estuvo en 41. Ahora, con Kylian Mbappé pidiendo un estatus de igualdad con el brasileño, su rol de estrella única está nuevamente en amenaza. Al menos, ahora podría desquitarse midiéndose él solo al Atalanta si el francés no llega a tiempo.
Pese a su polémica salida del Barça, los azulgranas se han movido cada verano para intentar su regreso. Es un anhelo difícil y costoso. Este, desde luego, tampoco será el año. Ya lo dijo Josep María Bartomeu, consciente de las limitaciones de los 'culés' por culpa de la pandemia del coronavirus que ha atado de pies y manos a los mortales y a los no tanto.