Fue surrealista. Troy Deeney y Joe Allen tuvieron un encontronazo, y el galés se encaró con su rival. Éste, fuera de sí, no tuvo mejor idea que agarrar al menudo jugador del Stoke por la cabeza.
La imagen dio la vuelta al mundo. Tanta polémica se generó que la FA actuó de oficio, por el levísimo castigo que recibió el futbolista del Watford: una tarjeta amarilla.
La FA ha decidido que una amarilla era insuficiente, y le ha castigado con tres partidos de sanción. Además, tanto Watford como Stoke han sido multados por no saber controlar a sus jugadores.
Deeney aceptó los cargos impuestos por la FA, y se perderá los tres próximos compromisos ligueros de los 'hornets'.
Joe Allen, por su parte, a buen seguro que evitó que el castigo fuera mayor para su rival con sus declaraciones. "Tengo que reconocer que no tengo buen ojo para elegir con quién pelearme", dijo el galés, en declaraciones recogidas por el diario inglés 'Mirror'.
"Me gusta Troy, es un buen tipo, buen jugador, y sé que no era nada personal. Estábamos luchando hasta el final, y esperábamos que nos devolvieran el balón que echamos fuera para que atendieran a un compañero, pero siguieron jugando", explicó Allen.
Allen aceptó resignado la amarilla que vio por ese lance. "Me decepcionó esa una amarilla, porque ahora estoy al filo de la suspensión, pero estas cosas pasan", añadió.