Tras debutar en el Mundial Femenino de Francia ante Sudáfrica con un once cargado con viejas conocidas de la Selección Española, jugadoras veteranas que dan seguridad sobre el terreno de juego, Jorge Vilda decidió cambiar de estrategia.
En el descanso sentó a Amanda Sampedro y a Vicky Losada, dos de las habituales. En su lugar, entraron Lucía García y Aitana Bonmatí. Justo la primera fue la autora del tercer y definitivo tanto de España en su primera victoria en la cita internacional.
Pero Vilda quiso ir más allá y cambió su estrategia ante la todopoderosa Alemania, arriesgando con un 4-5-1 mucho más ofensivo, con Virginia Torrecilla y Silvia Meseguer de doble pivote y Nahikari García como referencia en ataque. Con Jennifer Hermoso más liberada un pasito más atrás, España ofreció su mejor versión en la cita francesa.
Por eso, ante China el seleccionador quiso mantener ese 4-5-1 que tan buen resultado le dio ante las germanas, pese a la derrota por la mínima, apostando, además, por nuevas caras. Dejó en el banquillo a Alexia Putellas, Marta Torrejón y Silvia Meseguer y metió en el once a Leila Ouahabi, Patri Guijarro y Lucía.
Tres encuentros de 'la Roja' en el Mundial y tres esquemas con onces diferentes, tres estrategias que han servido para que la Selección Española haga historia y conquiste por primera vez los octavos de final de la cita mundial.