Llora la pelota. Quizá la única que entendió bien a Tomás Felipe Carlovich, conocido como el 'Trinche'. Un futbolista del que sólo queda el recuerdo de la gente. Parte de su mito consta de la ausencia de material que lo complemente. Su fútbol perduró en la memoria de generaciones, pero no en hemerotecas y fimotecas. Apenas hay imágenes y vídeos, su único regate grabado es de una película. Futbolistas, entrenadores y aficionados de la época hablan maravillas de un jugador rebosante de talento. Una zurda capaz de bailar a la Argentina del 74 en un partido que desató su leyenda. Imaginativo, técnico, gambetero...
"La pelota lo llevaba a Carlovich. Era como si hubiera una pelota inteligente que disfruta de hacer cosas artísticas y arrastraba atrás a un futbolista", contaba Menotti sobre él. El mismo que le convocó para la Selección. Una llamada a la que nunca acudió, por cierto. Los mismos rumores que alimentan su leyenda cuentan que prefirió marcharse a pescar. Real o no, ese era el 'Trinche'. Un jugador de barrio que jugaba para la gente. Lo demás era un complemento que nunca pretendió. Por eso rehuyó de la fama, de la Primera. Le bastaba con saltar al campo y hacerse dueño del balón. Que le quisiera su gente. Tímido y solitario, gestionó ese talento a su manera.
El repaso de voces autorizadas que sólo tienen elogios para su fútbol revela la magnitud de su figura, que contrasta radicalmente con la sencillez que desprendió siempre. Como buen mito, se le vincula a todo tipo de historias que aportan la mística necesaria para que toda leyenda perdure. Inventor del doble caño, una exhibición ante Baresi, la llamada de Menotti, el árbitro que le negó una expulsión por presión de la grada... Un arsenal incomprobable de historias que engrandecieron su recuerdo.
Central Córdoba fue el club de su vida. Hubo opciones para llevar a Primera a ese '5' que maravillaba a todos, pero nunca se concretaron. Así era el 'Trinche'. Un amante de la pelota a contracorriente. Admirado hasta por Maradona, sólo el tiempo le hizo lamentar no haber triunfado. Por suerte, su zurda, sus gambetas, su fútbol se impregnó en la memoria de padres que fueron contándole a hijos y abuelos que fueron relatando a nietos que una vez vieron jugar a Carlovich. Ese '5' de Rosario, cuna de Messi. Vestigio de un fútbol romántico en el que, para algunos como él, bastaba con tener la pelota. "Nos bailaste a todos, 'Trinche'...", le ha despedido Maradona. Hasta Dios se duscubre. Hasta siempre, genio.
8 de mayo de 2020