El mundo del fútbol sonríe cada vez que ve los avances de Sinisa Mijahlovic. El entrenador serbio anunció en verano que sufría leucemia y desde entonces ha seguido un tratamiento que le ha permitido dirigir al Bologna de manera intermitente.
En una entrevista para 'Canale 5', Mijahlovic habló de sus últimos avances contra la enfermedad. "Todo va bien, ya no estoy tomando cortisona y eso es importante. Han pasado 78 días desde el trasplante de médula ósea y los primeros 100 son los más críticos. Luego, todo es cuesta abajo", explicó.
"Hay que tener paciencia estos 20 días, pero superarlos ya sería un buen objetivo. Estoy muy feliz, no ha habido complicaciones serias y eso es muy bueno", añadió Mihajlovic, quien relató que uno de sus mejores avances ha sido empezar a hacer algo de deporte "después de cuatro meses sin hacer nada".
Además, aseguró que ha pasado unas fiestas especiales: "Fue la Navidad más hermosa de mi vida, con toda mi familia cerca". Asimismo, destacó de entre todos sus familiares la fortaleza de su madre, a la que agradeció su manera de afrontar la situación.
"Se enfadó cuando lloré en la segunda rueda prensa, pero luego en casa preparó platos serbios que están muy sabrosos y no me parecieron tan amargos como casi todo el resto de la comida. Gracias a ella recuperé algunos kilos", afirmó sonriente.
Aun así, Mijahlovic no escondió los momentos más difíciles que vivió: "Tuve 13 sesiones de quimioterapia en cinco días, pero ya después del tercero habían destruido todo. El primer ciclo fue el más duro. Y también tuve ataques de pánico que nunca había tenido porque estaba encerrado en una habitación con aire filtrado: no podía salir y me estaba volviendo loco".
Por último, Mijahlovic envió un mensaje de humildad y un consejo para quienes pasan por momentos así de duros: "No creo que sea un héroe, soy un hombre normal con puntos buenos y malos. Nadie debería avergonzarse de estar enfermo o llorar. Lo importante es no arrepentirse y nunca perder el deseo de vivir y luchar".