La UEFA va a investigar a Sergio Ramos por la amarilla vista en Ámsterdam ante el Ajax y que le impedirá jugar la vuelta por acumulación, pero que le permitiría llegar limpio a cuartos en caso de que el Madrid se clasificase.
Sergio Ramos vio una tarjeta amarilla cuando el partido agonizaba, justo después de que Marco Asensio hiciera el 1-2 que a la postre sería definitivo. Una amarilla que traerá cola.
Porque el capitán del Real Madrid reconoció, en zona mixta tras el partido, que había forzado la tarjeta, para llegar limpio a los cuartos de final, siempre y cuando sus compañeros lograsen sellar la clasificación en el Bernabéu.
Ramos, poco después, se retractó por las redes sociales de lo dicho ante los medios, pero ya era tarde. Sus palabras no dejaban lugar a la especulación, por mucho que lo negase después.
Para colmo, las cámaras le captaron durante el partido preguntando al banquillo si debía forzar la famosa tarjeta amarilla. Eran tantas las evidencias que la UEFA se ha visto obligada a tomar cartas en el asunto.
La decisión de la Comisión de Ética y Disciplina de la UEFA se debía conocer una vez terminasen los octavos de final, pero la apertura de expediente al capitán del Real Madrid podría acelerar el proceso, y comunicarse la resolución del caso el próximo viernes 22 de febrero, cuando hayan terminado los partidos de ida.
Sergio Ramos habría infringido el artículo 31.3 de la competición, y se expone a una sanción de uno o dos partidos, además del propio de la acumulación de tarjetas, por conducta antideportiva.
En caso de que la Comisión de Ética y Disciplina de la UEFA no considere que el zaguero de Camas hubiera infringido dicho artículo, sólo se perderá el partido de vuelta contra el Ajax en el Bernabéu, pero en el peor de los casos, Ramos podría perderse íntegros los cuartos de final.