Terremoto futbolístico en España. Terremoto sentimental en Barcelona. Leo Messi tuvo que poner punto y final a su etapa como 'culé' y la cuestión que será protagonista los siguientes días será saber cuál es su nuevo destino después de toda una vida en el mismo equipo.
Lo que nadie se esperaba es que el último gol de la 'Pulga' de azulgrana sería sin público. En un ambiente frío, insípido, por la falta del calor de la gente. La pandemia obligó a ello.
En la jornada 37 de la última Liga, en la que el Barcelona recibió al Celta con muy pocas posibilidades de luchar ya por el título (la derrota de aquel día hizo que fuese matemático). Los de Ronald Koeman perdieron 1-2, pero empezaron por delante en el marcador.
No fue otro que Leo Messi el encargado de romper el hielo. Tras un buen desmarque del argentino, Sergio Busquets le puso un balón medido a la espalda de Carlos Domínguez.
El vigente campeón de América con Argentina remató cruzado de cabeza para picar el balón y ponerlo al segundo palo, imposible para un Iván Villar que se estiró, pero insuficiente para alcanzar el esférico.
La celebración del futbolista fue seria. Con cara de pocos amigos. La viva imagen de un Camp Nou estaba reflejada en su rostro. Un último recuerdo algo amargo, pero que no borra todo lo conseguido por Leo Messi en la Ciudad Condal, donde es considerado el mejor futbolista de la historia del club.