El Rapid de Bucarest tenía el objetivo de regresar a la élite, pero el equipo que dirige Mihai Iosif ha caído al undécimo puesto de la Segunda División rumana tras perder dos partidos clave contra el Unirea Slobozia y el Csikszereda.
Esto ha enfadado tremendamente a la afición, que le ha hecho ver su disgusto por lo sucedido a los jugadores de una manera un tanto... escatológica.
Durante uno de los últimos entrenamientos, varios ultras colocaron en la grada unas pancartas y una ristra de fotografías de los futbolistas con pañales acoplados.
Es la manera de los seguidores del Rapid de decirles a sus jugadores que no se "cag*en", como reza uno de los escritos, en los dos partidos de Liga que les quedan.
March 18, 2021