Ni una rotura fibrilar, ni un fuerte golpe en el entrenamiento, ni un mal gesto involuntario. Las dolencias que llevan más de una semana molestando al jugador de Guinaea-Bissau se esconden en la etapa de crecimiento en la que se encuentra actualmente.
Siempre según las fuentes del periódico catalán, el potente extremo está en pleno estirón, motivo que le provoca dolores en los huesos, concretamente en la rodilla derecha. Molestos, pero no preocupantes y que hay que tener bajo control.
Además, la información incorpora el convencimiento de que Ansu Fati, que ahora mismo mide 1,78 metros con solo 16 años, podría pasar del 1,80 y tener así más cuerpo para desarrollar su musculatura en la élite.
No está claro cuándo podrá volver a estar disponible para Ernesto Valverde, aunque se estima que ya tiene opciones incluso de cara al choque de este próximo fin de semana contra el Sevilla.