Aunque no acudió a la audiencia que se celebró en la ciudad de Londres, el aficionado Adam Cox fue declarado culpable de haber "lanzado un proyectil" al terreno de juego.
Dicho proyectil se trataba de un pastel y no se pudo probar si estaba dirigido a un jugador en concreto o si llegó a impactar en algún aficionado antes de caer al verde.
A Cox le queda conocer la sanción que se le impondrá. Ya cumplió una suspensión de tres años sin acceder a los estadios por un evento similar, por lo que la reiteración podría agravar la pena.