Con diez jornadas por delante, Jémez se hizo cargo de un Rayo que estaba a seis puntos de la salvación. De los treinta puntos en juego solo sumaron nueve, por lo que el abismo de Segunda se consumó y por delante quedaba el verdadero reto para él, que se sentía fuerte y preparado.
Esta temporada, y con la competición suspendida por la pandemia de coronavirus, el Rayo de Paco Jémez no tiene fácil volver a Primera.
Disputadas 31 jornadas, aunque el Rayo tiene un partido menos por el aplazamiento del duelo con el Albacete, el equipo es undécimo con 40 puntos, a seis de la sexta plaza de promoción que ocupa el Elche y a quince del segundo puesto del Zaragoza que da el ascenso directo.
Esta campaña, el Rayo está completando una temporada irregular por los resultados y también por el rendimiento del equipo, lastrado por las lesiones de larga duración de jugadores como el portero Alberto García, el central uruguayo Emiliano Velázquez, el extremo portugués Bebé y el delantero argentino Leo Ulloa, unido a la marcha no contemplada al final del mercado de invierno de su mejor futbolista, Adrián Embarba.
En el apartado extradeportivo, las cosas no han ido mucho mejor. Paco Jémez ha visto desde su posición, a veces implicándose para solucionar los temas, cómo la fractura entre la afición y la directiva se rompió definitivamente con una huelga de animación en el estadio que duró tres meses y repercutió negativamente en los resultados.
Además, la relación con el presidente Raúl Martín Presa pasó por un mal momento debido a la petición de refuerzos por las bajas de larga duración que no fueron cubiertas en su momento en plena competición.
El llamado 'caso Advíncula' en febrero de este año, con una supuesta intención del jugador por irse del club según lo que dijo una persona cercana a su entorno, envolvió de dudas a la entidad, que se sintió extorsionada y acabó con las declaraciones públicas del internacional peruano diciendo que se quería quedar.
Un año de sobresaltos que Paco Jémez espera que, al retomarse la competición, permita al equipo volver con el chip cambiado y pelear por entrar entre los seis primeros para disputar la promoción de ascenso.
"Con toda la mierd* que hemos tenido alrededor, estamos con opciones de todo y eso es de valorar. Dice mucho de este equipo porque nos abstraemos de golpes". Con esta frase, en una rueda de prensa hace un mes, el pasado 15 de febrero, Paco Jémez resumió lo vivido en doce meses que han dado para todo.