No está nada mal estrenarse en el Pizjuán. Un debut de campeonato. Fue un trago difícil para Coudet, que además no pudo estar en el banquillo por el dichoso papeleo de sus permisos como entrenador, pero su Celta respondió y mejoró a la versión previa al parón de selecciones de Óscar García. Aunque lo hizo a partir del minuto 10, una vez pasado el temporal inicial.
El Sevilla, que debía ganar sí o sí para regresar a la zona alta de la clasificación, tuvo el suficiente acierto en determinados momentos para vencer en casa, donde debe hacerse fuerte antes de un mes de diciembre muy exigente. Los primeros compases del encuentro invitaban a pensar en una goleada hispalense, pero el fútbol da muchas vueltas.
Koundé, de hecho, adelantó a los de Lopetegui a los cinco minutos. Antes, el Sevilla llegó en varias ocasiones entre una defensa 'celtiña' que genera dudas, pero que ganó confianza con el paso de los minutos. En el minuto 10 empató el Celta y el partido dio un giro de 180 grados. Y el gol llegó tras un fallo garrafal de Vaclík, que no pudo atajar un balón fácil y Aspas empujó a placer.
El partido de Vaclík fue curioso: suplió a Bono por el positivo en COVID-19 del marroquí y cometió ese monumental error inicial, pero se sacudió las dudas con intervenciones de mucho mérito en momentos clave que, a posteriori, permitieron al Sevilla a lograr la victoria. Eso sí, en el primer tiempo, el Celta fue mejor en líneas generales tras el 1-1.
Coudet va a exigir mucho en lo físico a la plantilla del Celta. El nuevo técnico celeste apostó por el mismo once que sacó Óscar García en Elche hace dos semanas, el que más destaca por nombre, con Denis y Brais en la medular, más Nolito, Aspas y Mina en el ataque. Mucha calidad y 'jugones' que deben dar el do de pecho en tareas defensivas.
Sobresalió de nuevo la figura de un inconmensurable Iago Aspas que forzó también el 1-2: llegó a línea de fondo y Vaclík tuvo que repeler un centro-chut del gallego, y Nolito lo aprovechó desde el corazón del área. Sin embargo, el fútbol daría otra vueltita con el cabezazo al filo del descanso de En-Nesyri, un 2-2 que impulsó al Sevilla de cara al segundo tiempo.
La exigencia del primer tiempo se saldó con dos lesiones importantes, la de Acuña y la de Aidoo. Pese al empate, el Celta salió concentrado tras el paso por vestuarios y se adueñó de los tiempos del partido. Con Hugo Mallo como punta de lanza por la banda derecha, Santi Mina y Aspas tuvieron el 2-3, pero no contaron con el héroe Vaclík bajo los palos, con varias intervenciones mágicas.
Ya en el tramo final de encuentro, el Sevilla creció con la posesión y la insistencia de Ocampos, el mejor de los de Lopetegui. Y la fortuna sonrió al 'grande' de esta cita: en el 85', un disparo de Escudero rebotó en Tapia y se coló en la meta de Rubén Blanco, que solo pudo acompañar el balón con la mirada. Munir, a los dos minutos, finiquitó con una contra sensacional. El 4-2, un duro castigo para el nuevo Celta de Coudet, que le echó cara en su estreno.