En esto del fútbol siempre hay que estar pendiente a todo porque el más mínimo detalle puede decantar una eliminatoria para un equipo o para otro. Rionegro, con un 3-1 a su favor, se dejó encajar un seguntando y complicó sus opciones de clasificación.
No olvidemos el valor doble de los goles en campo contrario, por lo que un tanto del 'Rojo' en su estadio le permitirá estar en la siguiente ronda de la Sudamericana.
El partido arrancó con dos equipos que querían hacerse con el control del esférico hasta que los locales dieron un paso adelante. A pesar de esta circunstancia, los que primero dieron el golpe fueron los visitantes.
En el 20', Martín Benítez metió un gran pase a Cecilio Domínguez para que éste picara el balón por encima del guardameta rival. 0-1 y caras de 'póker' en los jugadores de las 'águilas doradas', que rápidamente empataron el encuentro.
En el minuto 23, Mauricio Gómez igualó el choque con un zurzado letal y animó las gradas del Alberto Grisales. A partir de ese momento, el partido se convirtió en un correcalles y en una auténtica sangría de amarillas.
El árbitro tuvo que meter muchas veces las manos a los bolsillos para amonestar y todo debido al juego duro de los dos conjuntos. Teniendo en cuenta estas circunstancias, Rionegro acorraló a su enemigo y empezó a torturarlo en la segunda mitad.
Nada más arrancar, gol de los colombianos por mediación de Kevin Salazar. Había miedo en las caras de los futbolistas de Holan y aún más con el palo de Gómez pocos minutos después. Pero al final, el 3-1 llegó tras una mala defensa.
Obrián entró como Pedro por su casa y noqueó a Independiente. El 'Rojo', que estaba muerto, resucitó con la entrada de Silvio Romero, que recortó distancias en el 66'. El ariete empujó el balón a la red y le dio vida a su equipo hasta el final.
Los últimos minutos fueron una odisea para Rionegro, que se defendió como pudo de la osadía del 'Rojo'. Y eso es lo que permitió a los de Holan salvar la papeleta de cara a la vuelta con ese 3-2 final.