El contexto es clave para todo... y cómo ha cambiado el del Chelsea. Ha pasado de dominar la Champions y el fútbol mundial a sufrir para viajar a Francia por sus imposibilidades económicas a raíz de las sanciones del Gobierno británico a Roman Abramovich y, por tanto, al conjunto 'blue', que está sabiendo responder con trabajo y corazón en el momento más delicado.
Tanto ha mutado la situación de este Chelsea que la victoria en los octavos se antojaba vital no solo por seguir vivo en la Champions, sino por conseguir el dinero que acompaña a ese éxito de los cuartos de final. Son unos ingresos fundamentales para el futuro a corto plazo del club londinense, y los de Thomas Tuchel han sacado las castañas del fuego ante un Lille que quiso tumbar a un grande.
Un sueño demasiado ambicioso pero que, por momentos, estuvo gracias a un arranque de partido que invitaba a creer en la remontada. Los jugadores de Jocelyn Gourvennec ejercieron una presión efectiva en la primera mitad que complicó bastante al Chelsea en la salida de balón y, de hecho, muchos problemas de los ingleses surgieron de esa problemática atrás.
Yilmaz acompañó a Jonathan David en el ataque francés y fue el más protagonista del vigente campeón de la Ligue 1. Primero probó un golpeo directo en una falta peligrosa desde la frontal, pero el encuentro no terminaba de romperse, que era lo que necesitaba el Lille para asustar a su rival realmente. El Chelsea estaba cómodo atrás, esperando su momento.
Pero llegó el del Lille en el minuto 38, tras un penalti por mano de Jorginho clara que fue revisada por el VAR. Yilmaz tomó la responsabilidad y puso el balón cerca de la escuadra de Mendy. Inapelable. 1-0 y todo abierto. En ese momento se demostró la talla de campeón del Chelsea, que supo reaccionar al filo del descanso, cuando más duele, para prácticamente sellar la eliminatoria.
Jorginho enmendó su error con el penalti al asistir de forma mágica a Pulisic. El delantero estadounidense batió a Léo Jardim con un disparo impecable, raso y colocado a la cepa del poste. Ese empate fue una daga al corazón de las esperanzas del Lille, que se dejó ver en la segunda parte algo más desilusionado por la renta que había dejado escapar en un abrir y cerrar de ojos.
Avisó Yilmaz con un buen testarazo a centro de Bamba. El toma y daca se volvió una constante en el Pierre-Mauroy hasta que, en el minuto 71, el recién entrado Mount envió un buen balón al área y el menos esperado de todos, Azpilicueta, terminó rematando en el segundo palo para sentenciar el partido y la eliminatoria. El español, un defensor con alma de hierro a las duras y a las maduras.
Bajó los brazos el Lille ya en el tramo final del encuentro, mientras su afición despedía el largo paseo por la Champions con una ovación infinita a sus futbolistas. Tuchel tuvo tiempo de dar minutos a algunos despistados como Lukaku o Ziyech. El campeón del mundo hizo los deberes, sigue vivo en Europa, se lleva el dinero a casa y sigue respirando de forma sensacional en lo futbolístico.