Tras empatar contra Islandia y caer con estrépito ante Croacia, necesita Argentina de un milagro y una serie de carambolas para soñar con estar en octavos. Si es por fútbol y resultados, desde luego no lo merece hoy día. Apenas queda nada de la Argentina finalista del Mundial, de la que soñó con las dos Copas América. Argentina es un espectro.
La cara de Leo Messi durante el himno era delatora. Más preocupación que concentración. Tardó Croacia en hacer sangre en la herida. Tras el error de Willy Caballero, el derrumbe argentino fue total.
¿Era previsible esta decepción? Hay que reconocer que las señales enviadas desde hace unos meses hasta ahora no invitaban al optimismo. Pero lo de Argentina es más estructural que circunstancial: padece una carencia de nivel notable, sin mencionar la complejidad de una AFA que parece funcionar a impulsos. Compare dónde juegan los jugadores de Francia, Alemania o España y dónde juegan los internacionales de Argentina.
Messi y poco más. Y si falla Messi, falla el resto. Mascherano juega en China y su deseo de ser centrocampista se impuso a la lógica cuando el físico ya no le da. Willy Caballero es suplente en su equipo, pese a que sea un aspirante a la Premier. Enzo Pérez, a comienzos de mes, compartía sus imágenes de vacaciones...
Estos futbolistas fueron titulares ante Croacia, un equipo bien organizado que se apoya en dos futbolistas de élite, como son Modric y Rakitic, especialmente el madridista, multicampeón de Europa. El fútbol últimamente no para de parir equipos que basan su éxito en el centro del campo y Croacia ahí superaba de largo a Argentina. 0 -3 es palmario.
Los casos 'albicelestes' anteriormente relatados son sólo algunos ejemplos, pero el análisis del pobre nivel individual de Argentina no puede esconder la paupérrima dirección de Jorge Sampaoli, quien pareció improvisar en cada momento y evidenció dudas desde que se hizo con el cargo. "No tiene ni una jugada preparada", bramaba Maradona tras el partido ante Islandia. Nunca hubo una Argentina reconocible desde que se le nombró seleccionador. Fogonazos, algún chispazo, algo de intensidad... pero poco fútbol, ninguna propuesta.
Por si fuera poco, ante Croacia el seleccionador le pedía a Caballero que jugara y jugara con el pie... y por ahí se cayó el invento. El cambio del 'Kun' Agüero por Gonzalo Higuaín pareció una broma pesada. Cromo por cromo. Y Sampaoli tiene marchamo de estudioso y saber leer las situaciones. La actitud de sus futbolistas no ayudaron: parados pidiendo un fuera de juego mientras Rakitic marcaba a placer. Horripilante.
Si a esto se le añade lo exagerado de las expectativas y el obligado favoritismo por el simple hecho de contar con Messi en sus filas, la mezcla apenas necesita de un zarandeo para explotar. Croacia fue quien encendió el cóctel molotov, pero el explosivo ya venía cargado.