Debido a lo abultado del marcador, la derrota fue calificada como la mayor goleada de la historia de la competición. Tal fue la humillación que hasta Chiheb Ellili, técnico del Club Africain, dimitió poco después del encuentro.
Pese a todo, el equipo pidió hacer test antidopaje a todos los futbolistas que jugaron el partido y las pruebas salieron negativas, como era de esperar.
No obstante, la petición del club estaba encaminada a la posibilidad de que los jugadores hubieran sido saboteados para mermar su salud y que el rival tuviera una mayor posibilidad de ganar.
Según 'Mosaique FM', el club quiere constatar que ninguno de sus jugadores fue víctima de alguna situación anormal y habría enviado los resultados de las pruebas a un laboratorio externo con sede en Francia para una segunda vista clínica.