El Manchester City comenzó la temporada de la Premier League 22-23 con el mejor guion de todos los que tenía sobre la mesa. El vigente campeón impuso su ley en el London Stadioum o, más bien, fue Haaland el que entró de lleno en la competición inglesa.
Las expectativas estaban altas y los focos apuntaban al debut del delantero noruego a las órdenes de Pep Guardiola y cumplió. Vaya si lo hizo. Haaland despachó a los 'hammers' con un doblete con goles en la primera y en la segunda mitad.
El West Ham no le perdió nunca la cara al partido, pero se encontró con una especie de monstruo en desarrollo. Fue Bowen el primero que remató junto con Michail Antonio para abrir boca en los primeros compases, cuando el City aún estaba despertándose.
El West Ham quiso salir rápido y con electricidad en las piernas para intentar dar una sorpresa, sin embargo se encontró con un sensato y bien plantado City que poco a poco fue haciéndose con el dominio del esférico.
De Bruyne lo intentó con un disparo cruzado y fue el mismo jugador belga el que abrió la lata, aunque hubo fuera de juego previo y su gol no subió al marcador. Poco después, llegaron unos momentos complicados para los 'hammers'.
Fabianski se lesionó, entró Areola y el meta cayó en la trampa de un rapidísimo Haaland que metió la bota y cayó al suelo. No lo dudó el noruego al coger el balón y ponerlo en el punto de penalti.
El ex del Borussia lanzó la pena máxima con su habitual sangre fría. A un lado, fuerte y abajo. No pudo hacer nada un Areola que eligió el lado contrario para lanzarse.
En la segunda mitad continuó la misma película. Cuando el City llevaba más de 400 pases completados, el West Ham no llevaba ni 100. El City buscó a Haaland en más ocasiones en el segundo tiempo hasta que sonó la flauta.
De Bruyne sacó la regla para trazar un increíble pase al hueco para hacer correr a Haaland, quien esperó que el balón entrara en el área para batir a Areola con una definición abajo y a un toque. Una bestia siempre será bestia esté donde esté.
El West Ham dejó una buena imagen sobre el césped con una base de jugadores que vienen de la pasada temporada y con un Scamacca que hizo volar a Ederson por un remate de cabeza que luego no sirvió de mucho porque la jugada quedó invalidada.
Con el paso de los minutos, Guardiola quitó a los tenores. Haaland se fue al banquillo y debutó Julián Álvarez, quien dejó buenas sensaciones. El campeón comienza la defensa del título con su gran mejor soldado.