Lo que, para el Cartagena y para el Fuenlabrada, era un 2-0 fue un día más en la oficina para Rubén Castro. En una demostración más de que la edad es solo un número y que la veteranía añeja como experiencia clave para marcar diferencias, anotó un doblete que valió al 'Efesé' para rendir a unos 'kirikos' difusos que siguen en zona de descenso.
El triunfo valió a los de Luis Carrión para irrumpir en el 'play off' de ascenso. Es la consecuencia lógica a una gran trayectoria a cuyo análisis es imposible dejar escapar la presencia de su '7', un especialista del gol que tiró de astucia, de buen posicionamiento y de técnica para entonar él mismo el cómo, el cuándo y el porqué de la victoria de los albinegros.
Contó con el inestimable apoyo de otras figuras notables como De Blasis, muy activo filtrando balones, o Delmás, siempre molesto para los de Pellicer por su banda, lanzadera de infinidad de centros. Tejera, otro efectivo vital que, cuando detectaba que el equipo no conseguía romper líneas, recurría a su buen golpeo de bola para poner a prueba a Morro desde la frontal.
El cancerbero del Fuenlabrada, aunque encajara dos dianas, cuajó una buena actuación, pues evitó que el luminoso acogiera más goles del Cartagena. Esto no quiere decir que lo del 'Efesé' fuera un soliloquio, pero sí que su efectividad y su capacidad para plantarse con peligro ante el guardameta contrario eran mucho mayores.
Los madrileños, en cambio, nunca terminaron de estar cómodos del todo. Menos algunos disparos de fogueo de Pedro León en los compases iniciales y un centro de Bouldini que se envenenó, Marc Martínez apenas tuvo trabajo más allá de atrapar algunos centros colgados. Para colmo, Kanté, que había entrado desde el banquillo, acabó expulsado con roja directa por ir con la planta del pie a la altura de la cara de Datkovic en una disputa aérea.
Por si quedaban dudas del triunfo albinegro con 2-0 en el electrónico, Rubén Castro le añadió un matiz más a su sobresaliente actuación con la asistencia de la sentencia, que brindó a Richard Boateng tras una gran parada de Morro a un remate de pecho cercano de Okazaki. De cabeza, el '12' remachó la faena y ató los tres puntos.