Llegaba el Fuenlabrada en una nube después de debutar en la categoría de plata del fútbol español con tres victorias en tres partidos. Pero tuvo que llegar el último equipo que le había ganado, la Ponferradina, para frenar el inmaculado camino.
Fue un partido de garra, de lucha y disputa por cada balón suelto en el Fernando Torres. Se veían las caras dos equipos que se conocen bien después de haber subido juntos a Segunda División.
Pese a que entró mejor el Fuenlabrada, la Ponferradina pudo respirar y comenzar a controlar el partido. Tocó más y mejor ante un conjunto madrileño que aguantó para intentar salir a la contra con la velocidad de Jeisson.
El tesón del conjunto visitante tuvo su premio a diez minutos para el final de la primera mitad. Larrea recibió en la frontal del área y, justo antes de resbalarse, puso el balón pegado al palo izquierdo de Ribas para poner el 0-1.
Vio la Ponferradina cómo en la segunda mitad perdía un hombre importante. Franco Russo se dobló el tobillo en una acción con Nteka, por lo que tuvo que ser cambiado. Todo eso después de que Manu García adivinara las intenciones de Hugo Fraile en un penalti que realizó, por mano, Óscar Silva.
El Fuenlabrada, con el paso de los minutos, se creyó la remontada. Fue al ataque, quitó a un Jeisson errático para dar entrada a Oriol Riera. Y el canterano del Barcelona estuvo cerca de liarla en su cuarto día en la oficina.
De hecho, Oriol Riera llegó a marcar, pero el linier, ratificado por el VAR, le anuló el tanto por un fuera de juego milimétrico que le impidió conseguir su primer tanto con la camiseta del Fuenlabrada.
La Ponferradina se echó hacia atrás, algo que acabó pagando caro. Y es que el cuadro madrileño empató en una jugada que combinó suerte y habilidad. Hugo Fraile se desquitó y sacó una falta lateral que no tocó nadie y que acabó entrando en la portería de Manu García.