El 'baby Barça' se hizo grande en la República Checa. En un partido que ninguno de los veteranos quería jugar, sin un Lewandowski renqueante y un Busquets sancionado, el equipo de Xavi Hernández dijo adiós de forma prematura a la Champions League por segundo año consecutivo.
Se reivindicaron los suplentes ante un Viktoria Plzen que, sin presión, se quitó el yugo y jugó el mejor partido de su Champions. Mostró a ojos de todo el mundo que es capaz de plantarle cara al Barcelona.
Problemas en defensa, ilusión en ataque
Si algo demostró el Barcelona, de nuevo, es que tiene mil y un problemas en defensa. De no ser por el debutante Iñaki Peña, se podía haber llevado un saco de goles en contra.
La pareja Marcos Alonso-Piqué no funcionó en el área propia. Ni uno está a su mejor nivel, ni el otro es un central puro. La falta de entendimiento provocó que el Viktoria Plzen sobreviviese a las acometidas de los Ferran Torres y Raphinha.
Tiraron de galones los más veteranos en ataque, al que se le suma un Ansu Fati al que le falta la chispa prelesión, pero del que se espera aún mucho. Su tiro, el primero, lo acabó por meter en la misma línea Marcos Alonso.
A cuenta gotas, y pese a tener el dominio del balón, el Barcelona encimó la portería de Stanek hasta que encontró oro. Raphinha, desaparecido hasta el momento, dio uno de esos pases por los que mereció la pena pagar su traspaso para encontrar a Alba. El lateral, vilipendiado esta temporada, le regaló el tanto a un Ferran Torres que se reivindicó.
Ocasiones, peligro... y penalti
Los buenos últimos minutos de la primera mitad del Viktoria Plzen, pese al gol encajado, encontraron su premio en la segunda. Una indecisión entre Marcos Alonso y Piqué hizo que Pablo Torre, otro de los protagonistas de la noche en Pilsen, hiciese un penalti que transformó Chory.
Los fantasmas se le aparecieron un segundo, un solo segundo, al Barcelona. Un gol con otro se contesta y así lo hizo el cuadro azulgrana. Ferran Torres, de nuevo, apareció para dar tranquilidad al banquillo azulgrana.
Aparecen las lesiones
En un partido sin nada en juego, en el que das la oportunidad a los más jóvenes, lo que menos quieres son problemas físicos. Tuvo que lamentar dos el Barcelona, una de ellas de un jugador de la primera plantilla. Kessié se rompió. Tampoco terminó el partido Pablo Torre, pero le dio tiempo a dar de nuevo tranquilidad a las filas 'culés' con su primer tanto con la camiseta azulgrana.
Entre una y otra, apareció de nuevo Chory para decirle al Barcelona que ganar en Pilsen no iba a ser fácil.. El corpulento delantero del Viktoria Plzen puso más pimienta al partido en otro error de marca de Marcos Alonso, quien dejó solo al ariete para que cabecease a placer.