Sin la pista de atletismo, la Real Sociedad notó más cerca a su afición. Se cerró una vieja herida para un estadio que, además, estrenó nombre. Pero lo hizo con un partido que incluso los más pequeños recordarán.
Baila la Real Sociedad al son de Odegaard. El noruego ha madurado fuera de España para convertirse en el líder del conjunto 'txuri-urdin' en esta campaña. Y qué recital dio el centrocampista, no solo con jugadas individuales, sino también combinando con Portu para hacer que Lodi sueñe con ambos.
Mandó el cuadro vasco durante todo el partido ante el Atlético de Madrid más ofensivo de la temporada. Pero no se encontró cómodo el cuadro 'colchonero' en ningún momento del partido. Desaparecido Joao Félix, echó en falta Simeone a su nuevo mago.
Avisó la Real Sociedad en varias ocasiones en la primera mitad. Salvó Oblak un mano a mano a un Oyarzabal participativo pero errático de cara al gol. Tampoco marcó Portu, pero el ex del Girona demostró por qué es una de las grandes incorporaciones del cuadro 'txuri-urdin'.
Prefirió buscar Imanol la velocidad de Isak a la corpulencia de Willian José y le salió bien. Fue el sueco un quebradero de cabeza para la defensa rojiblanca. No le pudieron atar en ningún momento del partido.
Tuvo que ser Odegaard, en la segunda mitad, el que marcase el primero de los dos goels que se vivió en el Reale Arena, o Anoeta, como quieran los nostálgicos. El noruego, a la contra, recortó con la izquierda en la frontal y tuvo una pizca de fortuna para superar a Oblak.
Precisamente el cancerbero del Atlético de Madrid fue triste protagonista del segundo tanto 'txuri-urdin'. En un estreno soñado por Monreal, el esloveno se llevó un pelotazo en la cara, quedó 'grogui' y tuvo que ser cambiado después de varios minutos tumbado en el verde.
El segundo tanto terminó de matar las acometidas del Atlético de Madrid. No encontró el camino al gol el conjunto 'colchonero', que tenía la mente más puesta en el estado de Oblak que en el propio campo.