El Girona vuelve a la senda de la victoria y lo hace, mayormente, por exprimir un fatal error en la defensa del Castellón. En un duelo igualado en el que, sobre todo en la primera mitad, hubo mucho ritmo, la mala salida de pelota de los locales les condenó a la derrota.
Franquesa fue quien aprovechó el fallo con la inestimable ayuda de Sylla. Al '18' le tocaba hacer olvidar a Stuani, que se quedó en el banquillo, y, aunque no vio puerta, le puso un pase en profundidad al segundo palo al lateral que fue prácticamente medio gol.
Que un defensa viera puerta casó a la perfección con el buen trabajo que, en general, hicieron los zagueros atrás. En los tramos en los que más insistieron los blanquinegros para buscar el empate, estuvieron soberbios. El más notable, Bernardo, que desplegó todo tipo de recursos en materia de despejes e intercepciones.
En la sala de máquinas, Gumbau era el más presente y hasta amenazó al meta rival con algún disparo lejano. Ni él ni Monchu o Cristóforo, eso sí, encontraron la manera de evitar que Fidalgo se colara más de una vez desde la banda en la frontal para poner a prueba a Juan Carlos.
El cancerbero fue otra pieza clave de la victoria. En la segunda mitad, cuando el Castellón dominó durante casi todo el tiempo buscando el 1-1, abortó las ocasiones más potables. Un disparo de César Díaz o un pase de Marc Mateu que se envenenaba, dos ejemplos. La más clara, no obstante, no requirió de su intervención: Lapeña dejó pasar un 'pase de la muerte' que era casi gol en el 94'.
Esto no significa que el Girona se dedicara solo a defender. Conforme avanzaba el encuentro, más huecos encontraba, y a Francisco Rodríguez le salieron bien las entradas de Stuani -casi se saca un gol de la nada de cabeza- y Kebe -desplegó calidad-. Hasta dio la sensación, por momentos, de que podía llegar el 0-2, pero el triunfo, al final, fue por la mínima.