Los pinchazos ante Levante y Slavia, junto al mal juego del equipo, habían puesto en la diana a un Ernesto Valverde que salvó la situación ante el Celta.
El triunfo ante el cuadro vigués fue balsámico, ya que ahora, en pleno parón, la calma parece regresar al Camp Nou, aunque no por mucho tiempo.
Y es que el 'Txingurri' ya mira al futuro y sabe que su puesto estará en juego en un final de año que se antoja más que complicado para el Barça.
Una vez se acaben los compromisos internacionales, el cuadro catalán disputará en menos de un mes un total de ocho partidos.
De los resultados obtenidos en este tramo de temporada dependerá el futuro de un Valverde que, de momento, cuenta con el apoyo del vestuario y la directiva.
Y es que el liderato en Liga y Champions, de momento, respalda al técnico, pero cualquier tropiezo sonado de aquí a 2020 podría volver a activar la maquinaria del entorno en busca de un sustituto.