El Benito Villamarín fue escenario de un verdadero espectáculo de fútbol. El Celta de Vigo venció por 3-4 al Real Betis en un partido de locos que tuvo todos los condimentos posibles: siete goles, definiciones impresionantes, expulsados, ficciones y un final caliente.
El conjunto de Balaídos se hizo fuerte en un estadio difícil y se quedó con tres puntos más que importantes en su lucha por la permanencia. Los verdiblancos reaccionaron muy tarde y, a pesar de los intentos finales, se quedaron con las manos vacías.
El Betis y el Celta jugaron uno de los mejores partidos de la temporada. No hay dudas. Sin ir más lejos, gracias a lo hecho en los primeros 45 minutos, se marcharon al descanso con un 2-2 frenético en el marcador.
Strand Larsen abrió la cuenta en el minuto 6 tras una gran combinación entre Iago Aspas y Carles Pérez, quien pasó al ataque por derecha y centró al medio del área para la aparición goleadora del noruego, que definió de primera ante la presión de un defensa.
El equipo de Manuel Pellegrini reaccionó muy rápido ante este primer golpe y llegó al empate a través de Juanmi, quien cogió un rebote dentro del área tras un disparo de Andrés Guardado y estableció el empate en menos de diez minutos.
Tan bien le hizo este gol al Betis que, en el minuto 23, tras un grosero error en la salida de Joseph Aidoo, Sergio Canales apareció por el área para empujar un centro atrás de Borja Iglesias y darle la ventaja parcial a los suyos.
Sin embargo, cuando se terminaba la primera mitad, Gabri Veiga controló con la cabeza un pase mágico de Luca de la Torre, eludió a un rival y definió de vaselina ante la salida de Rui Silva para establecer la paridad antes del descanso.
El Celta no detuvo su marcha en el comienzo de la segunda mitad y encontró la ventaja por medio del propio Veiga, quien se colocó el traje de '9' para empujar un centro rasante de Larsen y poner el 2-3 en el minuto 56.
Pero eso no iba a ser todo. El conjunto de Carlos Carvalhal estiró la ventaja poco tiempo después gracias a un cabezazo espectacular de Aidoo, quien se reivindicó de su error anterior y puso el 2-4 para los visitantes tras un córner bien ejecutado.
El Betis apeló a su impronta de no rendirse nunca y comenzó a inclinar el terreno de juego para buscar el descuento. Sin ir más lejos, el gol esperanzador llegó en el minuto 84 a través de un penalti de Nabil Fekir, tras una mano de Óscar Mingueza que fue revisada en el VAR.
Ya sobre el final, el partido comenzó a calentarse poco a poco y las acciones se descontrolaron por completo cuando Luiz Felipe 'golpeó' a Iago Aspas y vio la roja directa por parte del árbitro. Esta situación desató una batalla entre jugadores y asistentes técnicos de ambos equipos.
En la repetición se pudo ver claramente que el '10' del Celta había simulado el golpe y los aficionados verdiblancos comenzaron a cantar contra el capitán del Celta, quien fue el gran responsable de la expulsión del brasileño.
Una vez solucionado todo este inconveniente, ambos equipos tuvieron situaciones para marcar un gol más. Primero, Haris Seferovic, quien debutó en el equipo visitante, no estuvo fino para definir con toda la portería a su merced y su disparo salió desviado.
Por el lado del Betis, Abner y Edgar tuvieron la posibilidad de igualar la historia, pero la mala puntería les jugó una mala pasada y el equipo local, que contó con el debut de Ayoze Pérez, se quedó con las manos vacías en un partido de locos.