El argentino llegó a Israel procedente del Panonios griego. El futbolista tenía más ofertas encima de la mesa, pero decidió fichar por este club debido a que la propuesta era más potente económicamente.
Darío Fernández relató cómo fue su llegada a un país en el que nunca antes había estado: "Me tuve que adaptar a ver a los jugadores rezar antes de los entrenamientos y ver a los chicos llegar a las prácticas vestidos de soldados".
Durante la primera temporada todo le fue perfecto, pero todo cambió cuando llegaron dos jugadores musulmanes. "Cuando vinieron nos imaginábamos que iba a ser difícil, pero nunca en la dimensión que lo fue", explicó.
Darío Fernández contó algunas de las experiencias más desagradables que vivió sobre el terreno de juego: "Un grupo de hinchas puso una bomba, hizo explotar una molotov en el vestuario, provocando un incendio. Pasamos de contar con 20.000 espectadores a 3.000".
Después de esa temporada al límite decidió hacer las maletas al Hapoel Halifa, ya que su intención era seguir en Israe. Actualmente, ya se encuentra retirado, aunque nunca olvidará lo vivido en el Beitar de Jerusalén.