Según el parte policial, el joven pegó un puñetazo a una de las vigilantes del estadio al intentar acceder a su interior sin entrada, lo que llevó al personal de seguridad a pedir el apoyo de la policía local para proceder a su detención.
Según la versión facilitada desde el Ayuntamiento gijonés, el hombre de 30 años mantuvo una actitud violenta con el personal que trató de reducirlo.
En el momento en el que empezó a sentirse mal, fue trasladado al centro de salud más cercano, en este caso el del Parque-Somió, donde, mientras estaba siendo atendido en el centro médico, el joven sufrió un desvanecimiento por una posible parada cardiaca que no pudo superar.