El liderato vuelve a estar expuesto. El Espanyol fue derrotado en su visita a Las Palmas y acabó de los nervios, sobre todo por lo acaecido durante la segunda mitad. Los canarios se apoyaron en un gran disparo de Róber para hacerse con tres puntos de mucha importancia para mantenerse en la zona media de la tabla.
El '24' se sacó de la manga un latigazo precioso en el ecuador de la primera parte para batir a Diego López. Era prácticamente imparable y desequilibró la balanza cuando más lo necesitaba su equipo. Estaba el duelo igualado y llegaban con más peligro los catalanes fruto de su tan innegable como evidente calidad.
Faltó el gol y marcó la expulsión de Lluis López. El defensa tocó balón en una entrada a Róber, pero Daniel Ocón Arraiz, tras revisar la acción en el monitor por consejo del VAR, decidió mandarle a las duchas. Lo más probable es que entendiera que entró con la plancha y que, por tanto, merecía la tarjeta roja, aunque es difícil encontrar un ángulo de cámara en el que esto sea plausible.
Esta acción condicionó la segunda mitad, en la que el foco estaba en ver si el Espanyol iba a ser capaz de igualar la contienda. Lo fue, de hecho, merced a un zapatazo de Nico Melamed desde la frontal ante el que Ale Domínguez pudo hacer más, pero ni por esas les iba a salir algo bien a los de Vicente Moreno: hubo que anular -bien anulado- el tanto por un fuera de juego anterior de Raúl de Tomás.
Poca o ninguna culpa tiene Las Palmas de que la polémica jugara un papel tan importante en un encuentro que les vale a los de Pepe Mel para empezar el año con tres puntos de oro bajo el brazo. Un Róber trascendental y unos Benito y Kirian muy insistentes fueron los pilares del triunfo.
Se asientan así los isleños en la zona cómoda de la clasificación, algo vital para prepararse y dar un paso más en lo que queda de temporada. Además, ponen revoltosa la parte noble, pues han dejado expuesto el liderato del Espanyol. Podría conquistarlo el Mallorca.