Osasuna pega un salto en la clasificación tras caer frente al Levante y el Celta deberá pensar en los tres puntos siguientes como necesarios tras dos derrotas seguidas y un empate.
No fue un mal partido en El Sadar entre dos equipos que buscaron hasta la saciedad la victoria, que cayó del lado de un Osasuna que acabó siendo más efectivo y estuvo más concentrado en defensa.
Iago Aspas tuvo que sacar casi un balón bajo palos nada más empezar porque se paseó delante de la portería de Iván Villar. El delantero acabó desquiciado en el minuto 90.
Antes de la primera media hora llegó el zarpazo de Osasuna. Roncaglia no se lo pensó dos veces, la bombilla se le encendió y cargó la pierna para enviar un misil sobre la portería del Celta.
Con un disparo desde 25 metros, Roncaglia la colocó cerca de la escuadra del marco de Iván Villar, que se estiró, pero poco pudo hacer ante tal potente lanzamiento.
Ya en la segunda mitad, Tapia tuvo un error que le pudo pasar factura en la salida de balón. Calleri le robó la cartera, se hizo un hueco y el remate acabó en el lateral de la red.
El delantero de Osasuna no paró hasta conseguir el premio, que fue para todo el equipo de Arrasate. Volvió a tenerla, despejó Iván Villar y a la siguiente ya no pudo hacer nada para evitar el segundo.
Nolito pidió un penalti por una mano que no vio el árbitro y Calleri metió la cabeza para desviar un disparo de Roncaglia que le salió desviado. Por ahí llegó el 2-0 de un Osasuna que se trabajó la victoria.
El Celta se fue con las manos vacías de El Sadar, y eso que lo intentó por activa y por pasiva, pero sin ocasiones demasiado claras. Justa victoria de Osasuna.