Este fútbol nunca dejará de sorprendernos. De nuevo, un nuevo ejemplo de que da igual que domines o tengas las mejores ocasiones del partido, que si no es tu día de suerte, la pelota no va a entrar.
El encuentro entre el Tenerife y el Eibar pudo dar buena cuenta de ello. El cuadro tinerfeño fue el que llevó la iniciativa en los primeros compases del choque, aunque no estuvo muy afortunado de cara a puerta.
Los pupilos de Gaizka Garitano estuvieron muy ordenados en defensa durante todo el partido. Esperaron en su campo y salieron al contragolpe cada vez que le fue posible. No obstante, las ocasiones cayeron del lado local.
Con un Mollejo muy inspirado, el Tenerife controló el ritmo del partido en los primeros 45 minutos. Pero Yoel y la mala fortuna de sus delanteros hicieron que se marchase a vestuarios con el empate a cero en el electrónico.
La segunda mitad comenzó con un carrusel de cambios importante y con el paso adelante del Eibar. Poco a poco, el conjunto vasco comenzó a pisar con mayor asiduidad el área rival e incluso obligó a intervenir en alguna que otra ocasión a Juan Soriano.
Superado el ecuador de la segunda mitad, el partido fue de auténtica ida y vuelta y cualquiera de los dos pudo ponerse por delante. Tejero, que más tarde fue el protagonista, y Elady, que recientemente acababa de entrar, tuvieron las más claras para sus respectivos equipos.
Sin embargo, el Eibar tuvo mayor acierto y aprovechó la ocasión. El lateral izquierdo 'armero' soltó un brutal zapatazo a la escuadra de Juan Soriano y puso lo que, a la postre, fue el definitivo 0-1.
Tejero recibió en la frontal libre de marca y sin pensárselo soltó ese cañonazo imparable. Ese gol sentó como un jarro de agua fría al Tenerife, aunque no cesó en su intento de buscar el empate.
El reloj jugó en contra de los locales, que vieron como se le estaba escapando en su cara la posibilidad de sumar los tres puntos en su feudo. Además, un más que clara roja a Mollejo acabó con los últimos atisbos de esperanza local.
No hubo tiempo para más y el colegiado decretó el final del tiempo reglamentario. El Eibar se alzó hasta lo más alto de la clasificación con 21 puntos y es el nuevo líder de Segunda.