Las autoridades actuaron con celeridad para sofocar la tensión entre los aficionados y ayudar a los heridos. Según relataron algunos testigos, algunos hinchas aparecieron con un vehículo y dispararon a la multitud, impactando en el pecho de uno de ellos.
Aunque fue trasladado con urgencia al hospital, los médicos solo pudieron certificar su muerte. La tragedia se apoderó de Río de Janeiro, empañando una vez más el fútbol con la violencia de unos impresentables.
Más allá del resultado, porque acabó disputándose el encuentro, Brasil llora la muerte del hincha con la misma rabia que denuncia este tipo de episodios en los aledaños de los campos de fútbol.
11 de noviembre de 2018