Este partido volvió a poner en entredicho la labor del VAR. La pregunta que ahora mismo todo el mundo en Lille se pregunta es hasta dónde ha de remontarse el VAR a la hora de rearbitrar una jugada.
Sin embargo, para entender por qué la jugada del 0-2 destrozó el partido, primero hay que entender cómo se llegó a esa situación. Todo comenzó con un Lille agresivo en la presión y un PSG sorprendido por ello.
Quería el Lille dar la campanada y ganar al PSG en la visita de los parisinos a su feudo, y salieron a morder. No literalmente, pero ustedes ya me entienden. Eso provocó que Neymar se llevase muy pronto un primer aviso de lo que le iba a deparar este encuentro, con un pisotón doloroso, aunque involuntario, en el tobillo.
Esa presión descolocó al PSG, que era incapaz de sacar el balón jugado, viéndose sorprendido en más de una ocasión. Keylor Navas tuvo que hacer una parada de mérito, incluso.
Conforme pasaron los minutos el PSG fue encontrándose más y más cómodo sobre el campo, y cerca de la media hora ese creciente dominio acabó dando sus frutos.
Recibió Neymar en el 28' un balón desde la derecha. Lo bajó con el pecho, pero sin una mejor opción, el brasileño se la dio a Verratti. Eso descolocó a sus marcadores, y la devolución del italiano terminó de dejar a Ney solo.
Con tiempo, Neymar se acomodó el balón y le pegó directo a la escuadra. Un buen gol, un golazo de los que acostumbra a marcar Neymar cuando tiene el día. Un gol que, sin embargo, no hundió al Lille.
Los 'dogos' de Galtier no cambiaron su planteamiento, y siguieron apretando al PSG, pero en esta ocasión sin llegar a meter en apuros a su rival.
El escenario cambió tras el descanso, porque el PSG salió más enchufado, relegando al Lille al fútbol de contragolpes. Pero eso solo duró cuatro minutos. Porque en el 49' se pitó el penalti que lo cambió todo.
26 de enero de 2020
La jugada comenzó con un ataque del Lille, cortado sin falta a juicio del árbitro, por la zaga parisina. El PSG entonces corrió hacia el área rival y la jugada acabó con una clamorosa mano que el colegiado castigó con penalti.
El problema, para el Lille, fue que el VAR, en su revisión, no retrocediese hasta la supuesta falta no señalada con la que se originó todo. Las protestas no sirvieron de nada, solo sacaron del partido a los jugadores locales.
Neymar, tres largos minutos de protestas más tarde, convirtió el penalti aunque Maignan le adivinó las intenciones. Y ahí se acabó el partido. No hubiera pasado nada porque se pitase el final en ese momento.
El Lille se desconectó. Y el PSG no hizo demasiado por el espectáculo. No fue hasta la recta final del encuentro, seguramente gracias a la savia nueva introducida con los cambios, cuando los 'dogos' reaccionaron por fin.
Llegó a ver el Lille cómo le anulaban un gol por fuera de juego, ya en el tiempo añadido al segundo periodo, pero no pudo hacer mucho más. El PSG ganó por la incomparecencia durante más de media hora de su rival.