Guinea y Gambia se enfrentaron por un puesto en los cuartos de final de esta edición de la Copa África. El duelo fue igualadísimo, un partido en el que nadie quería cometer el primer error, y que se decantó a favor de Gambia gracias a un chispazo, un destello de calidad en el 71'.
La Copa África ha entrado en su fase definitiva, y, en consecuencia, el margen de error ha pasado a ser mínimo. Por eso los partidos son tan emocionantes como igualados. Porque nadie quiere fallar.
Ni Guinea ni Gambia arriesgaron más de lo necesario en su duelo de octavos. Las dos defendieron con mucho orden y no atacaron sin criterio. Primaba más el no encajar que el marcar, y en consecuencia tuvimos un partido tenso, pero carente de grandes ocasiones.
Una de las mejores salió de las botas del gambiano Musa Barrow, con un zapatazo desde la frontal que sorprendió a Keita, quien tuvo que sacarse el balón de encima primero, para poder atraparlo después.
Los minutos fueron pasando sin que nada relevante ocurriera sobre el terreno de juego. Y lo mismo ocurrió a lo largo de la segunda parte, hasta que en el minuto 71 todo cambió.
Trenzó Gambia una buena jugada de ataque, y Musa Barrow logró deshacerse de dos rivales para plantarse ante Keita, a quien batió en el mano a mano de manera magistral. Un gol que valía por un billete a los cuartos de final.
Guinea, lógicamente, reaccionó al gol como debe hacerse. Su seleccionador adelantó filas, metió mordiente arriba y se la jugó. No tenía nada que perder. Aquello iba a terminar con el gol del empate o el de la sentencia.
Gambia apretó los dientes. Le tocaba aguantar lo que iba a ser un verdadero asedio, pero la fortuna le sonrió. Porque Guinea se acabó quedando con diez jugadores. Yusupha Njie entró al partido en el 72', y dos minutos más tarde vio la primera amarilla.
Y sí, primera. Porque en el 87' vio la segunda y dejó con un hombre menos a su equipo cuando este mejor estaba, ya que poco antes, en el 77', había logrado Conté marcar el gol del empate, un gol que no subió al marcador por estar este en fuera de juego.
El encuentro llegó a sus últimos minutos, a un añadido de apenas tres en el que los acontecimientos se precipitaron con locura. Porque en la misma jugada Guinea pegó dos veces al palo y reclamó un penalti.
El esférico se estrelló primero en el poste y luego en el travesaño, tras tocarla lo justo Boubacarr Gaye y mandar el balón a córner. Pero antes de que se sacara había que revisar si había habido una mano que los guineanos reclamaban con insistencia.
No hubo nada, y el juego continuó, solo para que Conté viera la segunda amarilla con el tiempo prácticamente cumplido. Los 'syli nationale' se despiden de la Copa África, víctimas del picotazo de los 'escorpiones', que se enfrentarán a la anfitriona, o a Comoras, en cuartos.