Nadie puede dudar de la capacidad táctica que tienen los equipos de Garitano. Este Alavés es un equipo reconocible, pero al igual que lo es para lo bueno, también lo es para lo malo. Y, en este sentido, el equipo 'babazorro' peca en muchas ocasiones de excesivo conservadurismo.
En Mendizorroza se pudo volver a percibir esto este domingo, en un guion de partido que ya se ha visto en más de una ocasión esta temporada. Un inicio intenso, fulgurante y apabullante sobre el rival, hasta el punto de asfixiarlo.
La presión es la principal arma de este Alavés en sus momentos buenos de partido. Es capaz de forzar robos en zonas de peligro y aprovecharse de ello. El Betis, por ello, sufrió en exceso para aclimatarse al entorno que le esperaba en Vitoria.
Un Alavés con ritmo que fue capaz de generar peligro con poco durante los primeros compases de partido. Mandi salvaba una vaselina de Lucas Pérez. Ese dominio local de inicio se acabaría transformando en ventaja en el electrónico.
En el 14' de juego, Lucas Pérez recibió en la frontal del área y, con una gran visión periférica, fue capaz de encontrar a Aleix Vidal, que entró cual cuchillo por mantequilla por la banda derecha para fusilar a Joel.
Los malos presagios se confirmaron en el Betis. El equipo salió dormido y sin capacidad de reacción al margen de los toques de varita de Fekir y Canales, los magos del equipo de Rubi.
Poco a poco, el Betis fue ganando metros y disfrutó de unos buenos diez últimos minutos de primer tiempo. Fekir erró en un mano a mano, pero se resarció de su fallo con una acción individual fabulosa para provocar una pena máxima.
Pero ahí estaba Pacheco para acabar con las intenciones de Joaquín. Esta vez, el gaditano lanzó con poca intención, flojo y fácil para el guardameta del Alavés. Se salvó el 'Glorioso' de lo que hubiera sido un empate doloroso 'in extremis'.
Sin embargo, no fue capaz de evitar la embestida bética en el 10' del segundo tiempo, cuando un balón acaramelado de Fekir encontró una cabeza en el segundo palo, la de Emerson, para hacer el definitivo tanto de la igualada.
Amagó el Betis con ir a por el encuentro, pero la expulsión de Feddal, aviso del VAR mediante, fue determinante para relajar el choque. Y es que el Alavés no hizo nada por ganar en el segundo tiempo.
Dos equipos intermitentes que deben contentarse con el premio del empate, pues no dieron para más en Mendizorroza. Más allá del debut de Aleñá como bético, el final del partido fue tranquilo y escueto de ocasiones. Un punto y a seguir.